Penjo crònica de la nocturna de dissabte
Crónica de un sub-50 anunciado
Varios años después, Alfons había de recordar aquella noche del último día de abril de 2011 cuando acabando la Nocturna de l’Hospitalet marcó una mejor marca personal dejándola en 50’14”. Casi sin quererlo, con la motivación de superar un registro previo de 51’45 conseguido en Sant Antoni meses atrás, se había acercado al mítico paso de rebajar la barrera de los 50 minutos en una carrera de 10 km. Y se había acercado mucho. Desde entonces, hubo varios intentos de asalto a esa barrera, que parecía infranqueable, indómita, dura e inaccesible. Aquella temporada acabó con buena forma, pero los intentos se perdieron en las cuestas de Sant Quirze y el bochorno de Cornellà.
La temporada siguiente se inició con calores fuertes que se eternizaron hasta octubre. Y saliendo de la canícula apareció la fascitis que impedía a Alfons mantener un ritmo de entrenamientos adecuado. Una vez superada esta traba, la preparación de la maratón y una berraca tendinitis en ambas rodillas retardaban la búsqueda de ese “dorado particular”. Aún así, se intentó pero el éxito se mostraba esquivo. De nuevo Cornellà y la liebre sub-50, con la que aguantó más que nunca.- hasta el kilómetro 7- fue la prueba más cercana al objetivo, pero falló por menos de un minuto.
La temporada posterior fue activa pero cruel; su maltrecha rodilla derecha dijo basta y tras una resonancia magnética y aconsejado por su fisio llegaron a la conclusión de que debía bajar el ritmo, entrenar menos, rebajar distancias y tomárselo con mucha calma. Mentalmente, abandona el objetivo y se dedica a competir menos, tratar de disfrutar las carreras desde atrás (del todo) del pelotón e intentar gozar más del ambiente que rodea la competición. Aún así, su rodilla seguía quejándose y sus tiempos se hundían en las proximidades de la hora. Acababa las carreras cojeando y sus entrenos se convertían en rodajes sin objetivos.
Y así inicia una nueva temporada. Compite menos, cambia su manera de entrenar y empieza a usar la bici y las caminatas para intercalar ejercicio físico menos agresivo para su rodilla. Y baja ostensiblemente de peso, cosa que le hace ganar en autoestima y fuerza de piernas. En los entrenos ya baja de los 6’/km regularmente y empieza a hacer buenas carreras (la Behobia 2013, ¡genial!). Llega el invierno y aumenta la cantidad de caminatas manteniendo rodajes y vuelve a hacer series. Se siente bien, motivado; su rodilla está estable y le permite correr rápido otra vez. En marzo hace la BDN Running y marca un 51’25” muy esperanzador. Se plantea una calendario de carreras rápidas (Hospitalet, Can Mercader, Sant Just, Vila Olímpica) y vuelve a ilusionarse en la posibilidad de batir su marca y bajar de 50’. ¿Será capaz? ¿Podrá alcanzar el objetivo? De momento lo dice con la boca pequeña, no quiere hablar antes de tiempo y fastidiarla.
Y se planta otra vez en Hospitalet, tres años después. Los turnos de fin de semana le impidieron repetir las dos temporadas anteriores. Este año no hay trabajo; por tanto, no hay turno. Vuelve a Hospitalet; vuelve a la nocturna que le dio aquella satisfacción.
De momento parte con un objetivo conservador; quiere bajar de 51’ para ir acercándose poco a poco. Eso que las nocturnas son extrañas, por la tarde está tenso en casa, velando armas, con mucho tiempo por delante. Por la mañana no hay tiempo para pensar. Uno se levanta, desayuna, se viste de torero y sale pitando...
Y finalmente la salida. Alfons sale como un cohete haciendo eslálom entre la gente, buscando buena situación y evitando estorbos entre los más lentos (el sistema de cajones funciona si hay control, si no lo hay, toca culebrear entre la gente para situarse). Rafa (Nesko 71) y Javi Ortega son sus referencias y con algunos tirones se planta con ellos en el km 2. Javi le comenta que van muy rápidos, pero ambos mantienen el ritmo. Hace un primer 5 muy rápido y exigente y se planta con 24’21. Su cabeza bulle de cálculos sobre opciones de bajar de 50’ o bajar de 51’. Pero va muy exigido. Y el tramo del 5 al 8,5 marcará el resultado. Tradicionalmente, suele bajar bastante el ritmo en este punto y si hace varios kms a 5’20-5’30 como es habitual... se va todo al carajo. Trata de apretar los dientes y no perder sus referencias. Javi se va unos metros y lo pierde, pero mantiene a Rafa y a Maite Zaldibia a unos metros por delante. Pasa del avituallamiento porque unos segundos pueden ser vitales (visionario!!!). Se impone no mirar el crono salvo en los puntos kilométricos para no agobiarse demasiado; pero los kilómetros empiezan a hacerse largos. Cuesta tanto llegar al siguiente. Afortunadamente, el bajón de ritmo es estrecho y mantiene el margen en el 6 y el 7. Llega al 8 en 39’59 y se acabó el colchón. Justo entonces aparece el viento de cara y crecen las dudas (¿Podrá con dos kilómetros a 5’? En condiciones normales, sin problemas, pero empieza a ir justito de combustible). El 9 no llega nunca, el tramo del polígono es desconocido y su única ambición es seguir hacia delante. Finalmente, aparece el 9; una ojeada al crono y 45’03... Es necesario hacer un último km a 4’55 y las piernas ya pesan tanto... Aprieta los dientes y sigue adelante. Avanza a Maite y a Rafa y continua. Gira hacia la Gran Vía y busca desesperadamente el reloj. El reloj marca la meta y está aún tan lejos. No pares, no pares. Y sigue y sigue. Se come las ganas de mirar su crono y pone lo último que tiene, ya no hay más. Cabeceando, sufriendo, braceando, llega a la meta. Para el crono y mira: SÍIIIIII 49’56” Sub-50 por fin. Y tenía que ser en la nocturna de l’Hospitalet. Algo tiene esta carrera que le va. Dos participaciones, dos Mejor Marca Personal. ¡Toma ya! Prueba superada y todo a escasos 10 días de cumplir 50 años. Una buena despedida de la década de los 40...
49’56” con 49 años 11 meses y 20 días.